Software de Mantenimiento y Gestión de Activos EAM

Dentro de una compañía los procesos de activos empresariales aluden al conjunto de operaciones que tienen la capacidad de entregar beneficios, mediante la administración optimizada de cada uno de sus recursos físicos, con el objetivo de maximizar su valor, su ciclo de vida y de esta manera mejorar el rendimiento global de la empresa, la competitividad y el retorno de inversión.

La demanda de una mejor gestión de procesos de activos empresariales ha incrementado debido a diversos factores, entre los que prepondera el capital, ya que entorno a él se encuentran riesgos y fortalezas que pueden representar una pérdida o una área de oportunidad para la compañía, dependiendo del control y la visibilidad que tenga de sus activos.

Ante los constantes riesgos y oportunidades que se relacionan con los activos, la presión ha incrementado sobre las empresas para adquirir un sistema que apoye en el seguimiento de los recursos de cada área. Es por ello, que una gestión eficiente y óptima de los activos ya no es una opción, actualmente se ha convertido en una garantía de inversión que brinda múltiples beneficios a las compañías que la implementan.

En general, los procesos de gestión de activos empresariales se encargan de supervisar de forma activa los resultados que genera cada área para evaluar el rendimiento individual de cada recurso y así desplazar aquellos que representan un gasto productivo y económico, y potenciar los que representan un mejor servicio para la empresa.

Todas las empresas sin importar el sector al que pertenezcan cuentan con maquinaria, capital en efectivo, inversiones, etc.; elementos que de forma asociada conforman la serie de componentes contables. En otras palabras, los activos empresariales son todos aquellos bienes, recursos, derechos y valores que superponen la utilidad de la compañía, estos pueden ser equipos tecnológicos, infraestructura, vehículos, sistemas informáticos, máquinas, de igual manera, también comprenden los servicios prestados a terceros y la venta de productos o servicios a clientes.

Los activos empresariales se clasifican en dos grupos:

• Activos circulantes. Son los activos que la compañía espera vender o usar en un lapso de tiempo inferior a 1 año.
• Activos no circulantes. Son aquellos activos que se esperan vender o usar en un lapso de tiempo superior a 1 año.

Los procesos de activos empresariales son la suma de ambos grupos que conceden asistencia en el seguimiento, la supervisión y la administración de información relacionada con el uso y el aprovechamiento de todos los recursos que permita una gestión integral de la infraestructura física de una empresa.

Toda la información relacionada con el ciclo de vida de los activos empresariales permite optimizar el funcionamiento de cada uno, así como su fiabilidad para asegurar la rentabilidad de la compañía. Aunado a esto, se puede añadir la reducción de costos operativos y el incremento en la calidad de los productos finales.

Contar con un sistema especializado significa tener el control de la gestión de los activos empresariales, tales como:

• Gestión de operaciones
• Gestión de la cadena de suministro
• Gestión de servicios

Una solución de gestión de activos otorga resultados amplios en la utilidad de los recursos, ya que renueva su mantenimiento a través de la recopilación y el análisis de los datos que registran la actividad de los activos y de esta manera exalta sus cualidades correctivas en presencia de algún problema; preventivas, con relación a prácticas anteriores poco funcionales y predictivas al ejecutar el activo que representará una mayor ventaja.

Gracias a la tecnología, los procesos tradicionales se han centralizado y actualizado de modo que las operaciones y funciones de una empresa ahora se gestionan por medio de aplicaciones que permiten establecer un sistema universal para todos los activos y de esta manera consultar la información relacionada con su actividad.

De igual forma, con un sistema de gestión es posible obtener el máximo rendimiento de los activos que cumplan con las normas del sector de negocio e incentiven el desarrollo de procesos innovadores con la finalidad de proporcionar un modo de acción íntegro y práctico.

Cuando se lleva a cabo una correcta administración de los servicios, se habla de una utilización efectiva de los activos en función de las solicitudes de prestación que se ajustan a los objetivos empresariales para definir los productos que apoyen en mejorar la rentabilidad y competitividad de la compañía.